¡Háganme el refavrón cabor!
Con la proximidad de las elecciones federales ya empezaron los destapes, y está claro que de esta personita todos esperaríamos cualquier tipo de "destape" menos del que nos enteramos hoy. Sirva a la reflexión y crítica que me caracteriza.
Sin poner en duda el verdadero espíritu de servicio y altruísmo con que muchas figuras públicas -generalmente del mundo del espectáculo, sin dejar de lado a los deportistas- puedan contar pienso que quien se lanza como candidato para ocupar un cargo público de elección popular sacando ventaja de su condición de "famoso" para obtener un provecho personal es un ser poco más que despreciable por lucrar con la ignorancia de la gente. Si bien no puedo censurar lo que todavía no es un hecho sí me aventuro a atar cabos con los elementos con los que cuento en este caso. Una persona que antes era, como solemos decir, "equis" (X) en la vida, salta a la fama por exhibirse públicamente en Big Brother. De ahi su "carrera" "artística" -nótese la ironía de separar las palabras entrecomilladas cuando bien pudieron ir juntas en un mismo entrecomillado- se ha basado en la estrategia inicial: exhibirse, con la sola diferencia de que el exhibicionismo ahora se ha limitado al cuerpo -claro, no había algo más que le valiera la pena exhibir-. Por lo tanto, dije hace un momento, me "aventuro" a poner en duda -fíjense qué fino, ¿eh?, ¡casi ni me reconocí!- el papel que esta... "seño" podría desempeñar como legisladora. No creo que, por lo menos, el que nuestra sociedad reclama y necesita. No creo. Pero, como finamente lo dije, no puedo más que ponerlo en franca duda. A ver qué opinión tienen ustedes. Por lo pronto cierro esta entradita con una frase que si bien su idea original se atribuye al General Porfirio Díaz, yo me permito adaptar al entorno actual del país: "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Televisa".
Nota: Antes de publicar la entrada le pregunté a Google si alguien más había acuñado esta última frase y me dijo que sí. Yo se los juro que no se la copié a nadie, pero por si alguien la reclama como suya no tengo inconveniente en otorgarle el derecho que le corresponda.
