miércoles, 31 de diciembre de 2008

VENGA, 2009, SORPRÉNDENOS

Se va el 2008 y con su partida llega el 2009 con una hoja en blanco para que cada uno continúe escribiendo a su más puro estilo la historia de su propia vida. Nada queda al azar; lo que escribamos, escrito quedará; lo que dejemos de escribir no será nunca más escrito por nadie. Este es el momento de tomar la decisión fundamental de qué y cómo lo voy a escribir. Se vale tachonear, llenar de corrector, subrayar con distinto color, pero nunca, nunca, arrancar la hoja, esa se queda. A ti que te tomaste la molestia de visitar mi blog y leer este párrafo te deseo que, al hojear algún día el libro de tu vida, cuando llegues a la página del 2009 tu rostro refleje una gran sonrisa de satisfacción por los logros alcanzados y las bendiciones recibidas. Felicidades.

lunes, 15 de diciembre de 2008

MÉXICO, POR LO QUE MÁS QUIERAS, ¡SAL DE TU ATRASO!

Estoy MUY encavernado. Acabo de estar en una oficina del IFE para tramitar la renovación de mi credencial con cambio de domicilio, además. Según yo iba bien preparado porque llevaba el último recibo de luz (carísima, además) de mi domicilio particular y mi credencial vieja; es más, ¡hasta me peiné para la foto! No tuve problema para estacionarme, ni para abrir la puerta del local, es más, en cuanto entré se paró de inmediato una persona a atenderme. Le dije a qué iba y me pidió ¡MI ACTA DE NACIMIENTO! Lamento la respuesta que le di, pero más lamento la suya "es que el sistema nos lo pide"... En este momento me surge la inquietud ¿quién fue el méndigo burócrata que le puso semejante requisito al dichoso sistema? Seguro que no lo quieren en su casa, ni tiene amigos. Ojalá que leas mi blog, desgraciado, o si alguien lo conoce por lo menos déle mi recado: POR TU CULPA MI PAÍS ESTÁ COMO ESTÁ. Hice decidia durante tanto tiempo para hacer ese movimiento -hace cinco años que cambié mi domicilio- y hasta ahora que mi credencial ya no tiene cuadritos para que la marquen cuando vaya a votar me decidí actualizarla, ¡ahora a ver cuándo me vuelvo a acordar y dar tiempo! Mi acta de nacimiento... ¡Cuesta trabajo creerlo! Tú que mandaste hacer el sistema, ¿cómo crees que saqué la primera, baboso? Ojalá que nos llegara una epidemia tipo rotavirus que matara -sin sufrir, no soy tan inhumano- a toda la bola de imbéciles que no más están todo el día pensando a ver cómo le hacen para estorbarnos a los que en mayor o menor medida pretendemos empujar para adelante -aunque sea un poquito- a este país, porque cada vez está más claro que el que no ayuda, estorba.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Qué gacho se siente

Mañana brumosa y fría. Muy fría. Los extractos de cebada que me tomé ayer hacen que me duela la cabeza hoy; un dolor apenas sofocado por el paracetamol y la cafeína del Excedrín que me tomé a tientas cuando a duras penas pude abrir los ojos maldiciendo al despertador al que nunca odié tanto. Emprendo la marcha de una rutina que quizás me lleve al mismo lugar al que me llevó la anterior –mi camita- y así lo espero. No sé qué es lo que me pesa más, si la cruda derrota -nueve juegos a dos- en el billar de anoche o la cruda realidad a que tengo que enfrentarme. Bien lo decía el gran filósofo y charro de mi tierra, “Ay, Diosito, si borracho te ofendí, ¡en la cruda me sales debiendo!”. Venga, entonces, la jornada, porque –nótese- la empiezo escribiendo esto para tratar un poco de evadir los duros embates a que sé que tendré que enfrentarme hoy, mermado por la notable sombra que deja a su paso la noche a que tan amenamente sobreviví ayer.

viernes, 5 de diciembre de 2008

No le voy a poner y qué?

Hay muchos temas sobre los que podría escribir, pero hoy me voy a dar el gusto de dejar que la letra haga lo suyo y se genere aqui lo que, en estricto sentido, será un "escrito libre".
Camino sin rumbo. Desorientado. Puedo encontrarme con muchas cosas que no logran distraer mi atención, tal vez porque ésta no puede estar más distraída. Doy vuelta en una esquina y me encuentro ¡oh sorpresa! con un globero que está anunciando camotes. De momento no me detengo a pensar en esta incongruencia, no estoy para gastar neuronas en resolver confusiones tan irrelevantes. ¡Qué cansado me siento! Deben de haber sido esas horas que pasé escuchando tantos reclamos, no puede ser. En fin, todo tiene su por qué, aunque a veces me cueste tanto comprenderlo, no tengo por que hacerlo, casi siempre hay que dejarlo que pase, no más. Me siento y me pregunto ¿cuál es el sentido de todo esto? ¿Será que no tiene sentido o su sentido es precisamente aparentar que no tiene por qué dársele sentido? Habrá que hacerse preguntas más respondibles, ¡para qué tanta complicación, caray! La vida es ya de por sí complicada, da vueltas por aqui, tiene un retorno por allá, sube y sube y luego baja, y encima la llenamos de acertijos para luego andar dando tumbos. Trato ahora de resolver uno de esos acertijos y me río; no es risa de alegría, hay que aclarar, pero si la risa no es de alegría, ¿entonces de qué es? Ironía, le llaman. ¡Qué buenas carcajadas! ¡Me duele el estómago! Qué le voy a hacer, prefiero reir que llorar. Continúo. Volteo a todas partes, y me horroriza darme cuenta de que todos usan máscara; no es la situación en sí, sino el hecho de que ¡yo no traigo puesta la mia! Tarde me di cuenta. Me armo de valor y retiro de mi rostro las manos con que me tapé para que nadie se percatara. ¡Genial! Parece que nadie se dio cuenta, todos están tan ocupados en mostrar a los demás sus máscaras que a mi no hay quien me pele. ¡Qué gran alivio! Puedo proseguir, entonces. De pronto sí me inquieta hacia dónde me conducirá esta loca carrera; no veo ya su principio y no me quiero asomar a ver el fin, no todavía, ¡capaz de que lo alcanzo a ver y entonces sí hasta se me caen los chones! Pero aqui sigo; recuerdo la vez que quise caminar a contracorriente y así me fue. Por ahora es más seguro seguir a donde te lleva la bola, aunque muchos se jacten de ser auténticos y crean ir en su propia dirección. ¡Vaya, un paisaje ameno! Ya era tiempo, ya me había cansado del mismo panorama gris. Siempre me gustaron los atardeceres, esa maravillosa gama de colores de que se pinta el cielo cuando el sol se va a dormir y la sensación de la brisa fresca percibida por cada terminal nerviosa de mi piel, con el lejano murmullo de los grillos y el clásico olor a tierra mojada. Esa montaña que se ve al fondo y que parece darle vuelta al horizonte, entre azul y negro, se desvanece y cambia lentamente el verde ya tirándole a amarillo por un marrón más bien opaco que no deja ver a las tres o cuatro estrellas que están detrás. No sé cómo fui a acabar aqui, pero valio la pena llegar. Ya no me siento cansado, ya he dado demasiados pasos como para no haber descansado, pero, para ser franco, no quiero regresar. Me siento mejor aqui y es fácil instalarse. Demos otra vuelta, a ver ahora con qué nos encontramos.

jueves, 4 de diciembre de 2008

QUÉ POCO VALE YA EL ALMA

José Alfredo Jiménez decía que en León Guanajuato "La Vida no Vale Nada". Pues bien, recogí de por ahi una frase más o menos similar, supuestamente atribuible a la extinta Marilyn Monroe: "En Hollywood te pueden pagar mil dólares por un beso, pero sólo 50 centavos por tu alma". Lo que sorprende es encontrar todavía ¡¡¡QUIÉN PAGUE POR ELLA!!! Hollywood, la capital mundial del glamour, del materialismo, la vanidad y la superficialidad. La moneda de cambio, el dólar. Bien, pues a todos los desalmados de Hollywood que vendieron por cincuenta centavos les tengo una mala noticia: ¡EL DEMONIO PAGABA MÁS! Saque cada quien sus conclusiones.